El precio medio que los conductores españoles pagaron por el gasóleo de automoción en marzo disminuyó un 1,1% en relación al mes anterior y se situó en los 1,334 euros, lo que representa la cifra más baja desde junio de 2012. Por el contrario el PVP de la gasolina 95 se mantuvo estable en el tercer mes del año y ascendió, de media, a 1,405 euros.

Tal y como desvela el Informe Mensual de supervisión de la distribución de carburantes en estaciones de servicio correspondiente al mes marzo de 2014 y publicado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el descenso protagonizado por el precio del diésel y la estabilidad registrada por el de la súper hizo que el diferencial entre ambos productos creciera por tercer mes consecutivo, superando ya los siete céntimos de euro por litro.

A pesar de las protestas de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), que hace unos días denunciaba públicamente que los márgenes brutos de distribución a los que se refiere habitualmente la CNMC no se corresponden con los que perciben efectivamente las petroleras, el ente supervisor continúa ofreciendo este dato, que en el mes de marzo creció un 0,5% en el caso del gasóleo A y un 1% en el de la gasolina.

Y precisa la CNMC que estos “incrementos de margen” se han producido en el mercado español a pesar de que en marzo se produjo “un contexto de caída en los mercados internacionales y en los precios finales”.

Las tres principales petroleras continúan ofreciendo precios muy similares. En este sentido, a pesar de que es BP quien ofrece habitualmente los precios más competitivos, Repsol y Cepsa han reducido su diferencial con respecto a la filial española del operador británico, pues éste ha bajado sus precios lo ha hecho en menor medida que la primera y la segunda petrolera del país.

En cualquier caso, las estaciones de servicio independientes siguen ofreciendo los precios más bajos. Si se comparan con los PVPs que coparon los monolitos de los operadores tradicionales, las blancas son entre dos y tres céntimos más baratas. Y más barato aún es el combustible en los puntos de suministro vinculados a los híper, que ofrecen precios hasta cinco céntimos inferiores a los de las grandes petroleras.

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