INFORME

El 75 por ciento de los trabajadores de los polígonos industriales de Zaragoza se desplazan en vehículos privados y solo el 25 % lo hacen en transporte colectivo, ya sea en vehículos de empresa o compartiendo el privado.

Así se revela en un estudio con datos de 2014 realizado por UGT Aragón sobre los análisis de los autobuses que prestan servicio discrecional, sus emisiones y consumos de energía que hoy ha presentado en rueda de prensa el secretario de política sindical industrial de esta organización, José de las Morenas, acompañado de la concejala de Movilidad, Teresa Artigas.

Según Artigas, son estudios que sirven para planificar las políticas y poder definir los planes de movilidad.

Si bien, en este caso ha apuntado que en el caso de los polígonos le corresponde al Consorcio de Transporte porque tiene la competencia de movilidad en el área metropolitana y dado que el Ayuntamiento de Zaragoza es miembro ejercerá de intermediario para atender esta situación.

UGT defiende el uso del transporte colectivo como una condición ventajosa, que además reduce las emisiones a la atmósfera y la siniestralidad laboral y ha rechazado que la disposición del vehículo sea un requisito para acceder al mercado laboral.

En opinión de De las Morenas «debería ser obligatorio» que cuando exista un polígono se cuente con un estudio de movilidad y de infraestructuras, ya que en la actualidad el transporte público no cubre en su totalidad el desplazamiento a los puntos de trabajo.

En el estudio se revela que cada autobús de empresa sustituye a entre 14 y 30 vehículos particulares de media y emite 3,5 veces menos CO2 que el privado, de ahí que De las Morenas recomiende a las empresas que se pongan de acuerdo para poner en marcha transporte colectivo o mancomunado.

Pero también recomienda aumentar la eficiencia energética de los vehículos, sustituir los combustibles fósiles por otros con menos intensidad de carbono y formar a los conductores y conductoras en materia de conducción eficiente.

Y es que el transporte colectivo reduce el absentismo laboral y aumenta la productividad; mejora la puntualidad horaria, se necesita menos espacio destinado al aparcamiento; reduce la ansiedad provocada por la congestión; ahorra costes y tiempo en los desplazamientos; reduce los accidentes in itinere; mejora la calidad de vida; disminuye el consumo energético; reduce las emisiones contaminantes; mejora las condiciones de accesibilidad para las personas y favorece la inclusión social y el acceso al mercado de trabajo.

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